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»No temas, pues no serás avergonzada,
Ni te sientas humillada(A), pues no serás agraviada;
Sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud(B),
Y del oprobio(C) de tu viudez no te acordarás más.
Porque tu esposo es tu Hacedor(D),
El Señor de los ejércitos es Su nombre;
Y tu Redentor es el Santo de Israel(E),
Que se llama Dios de toda la tierra(F).
Porque como a mujer abandonada y afligida de espíritu,
Te ha llamado el Señor,
Y como a esposa de la juventud que es repudiada(G)»,
Dice tu Dios.

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